AMIGAS SIEMPRE AMIGAS
Cada vez que se me ocurre escribir algo me siento un tanto cursi tal vez por que represento irónicamente la famosa escena romántica del deshoje de una rosa , sólo que en lugar de decir “Me quiere”, “no me quiere”, “me quiere”… se vuelve un “escribo”, “no escribo”, “escribo, no escribo”… etc., etc., etc., y aunque algunas veces lo hago “públicamente”, créanme que existen muchas mas en las que prefiero no hacerlo, sobretodo porque son situaciones o cuestionamientos que ni al caso y como dicen por ahí, pueden ser medio deprimentes y podría yo hacerles sufrir pena ajena.
Pero bueno, como ya se habrán dado cuenta, en mi deshoje de hoy ganó el “escribo”, aunque tengo que advertirles que mi estado de ánimo está atravesando una pequeñísima “crisis existencial” así que si en algún momento sufren convulsionamiento o enrojecimiento de sus mejillas por mi o mi gran osadía de escribir, tómense un dalay y pónganse a pensar que mucho de lo que hablo… a todos nos sucede o que simplemente son pensamientos locos que no tuvieron adonde ir.
En fin, como que ya basta de explicaciones pues en realidad lo que quiero contarles es un poco trivial pero a la vez es algo que le da valor y sabor a mi vida: los amigos…
Comenzaré diciéndoles que tengo la fortuna de contar con varios grupos de ellos, en la escuela, en la iglesia, de las diferentes etapas de mi vida, etc. sin embargo hoy en particular quiero hablarles de quienes han compartido desde hace mucho, mucho en verdad mucho tiempo momentos inolvidables…
Pues bien, hace unas semanas nos reunimos (de nuevo) en casa de una amiga para celebrar el baby shower de otra, y aunque esta ocasión lo ameritaba, tengo que reconocer que siempre se busca un pretexto para hacerlo; además cada reunión es un verdadero “largometraje” ustedes saben la comidita, los cheskos, las botanitas propician un ambiente único para hablar de un sinfín de cosas, desde los últimos acontecimientos superfluos de nuestras vidas, los recuerdos de nuestra “época de oro” donde nada era complicado, hasta lo que hizo sotanito, fulanito, perenganito o alguien más que hayamos visto, volviéndonos casi casi Nostradamus con lo que ha de seguir y que por supuesto será tema de plática en nuestra próxima reunión
Pero no se alarmen, no somos una bolita de viejas chismosas, (aunque por los kilitos de mas lo de bolita tal vez si quede) ¡para nada! Pues el aperitivo más fuerte somos en verdad nosotras mismas cuando comentamos con euforia algún logro personal o con moco caído algún problema que nos trae por la calle de la amargura.
Lo cierto es que aunque estas reuniones y las pláticas que se dan en ellas suenen medio masoquistas por contar lo mismo una y otra vez (por la cuestión de perspectivas) en realidad son todo lo contrario pues sirven para respirar profundo, tener ánimo y pensar como Fox en un 2 de julio que si se puede! sobretodo porque en ese momento nos sentimos apoyadas, abanderadas todas por la misma causa y ¡vaya! Que estoy sonando feminista, pero estoy segura también que mis amigos varones, y no me dejarán mentir, que sus reuniones con sus “compadres” representan lo mismo pero sin tanto drama, y eso porque no hablan sino que emplean otro tipo de lenguaje, ustedes saben con señas y otras cosillas por ahí… pero bueno esta no es una reflexión de las diferencias entre hombres y mujeres y como diría una amiga en sus sketchs “ya estoy perdiendo el objetivo”. Así que regresando al tema y en lo que quiero hacer énfasis es en lo importante que son a cada momento las amigas, los amigos, estas relaciones tan maravillosas que Dios nos da y que a veces dejamos pasar desapercibidas porque damos por hecho que tienen que estar ahí
Y si me atrevo a mencionar toooodo esto, es porque hace unos días, en la resolución de un problema legal, la mamá de la contraparte me dijo que “pobrecita de mi” por haber ido acompañada solamente de la licenciada y una amiga a diferencia de la otra persona que llegó acompañada de un séquito de personas (eso si! Cero amigos) que na que ver, pero bueno el punto es que mas que dolerme me hizo dar gracias, pues aunque mi familia no me acompañó porque no era necesario y hubieron causas de fuerza mayor, hubo una gran persona cerca de mí, brindando lo mejor de sí y dando ánimos aún cuando el caso ya había sido ganado.
Definitivamente estoy agradecida, tengo la gran bendición de contar con gente maravillosa a mi alrededor además de mi familia, gente que ha estado conmigo en las buenas y en las malas, que ha reído, ha llorado e incluso a confrontado mis acciones sin el temor a mi molestia y eso como dice Master card
¡¡¡No tiene precio!!!
Gina

Comentarios
Publicar un comentario